Monday, April 12, 2010

Abr10-16: Celebremos la Buena Condición Espiritual y Física


Puntos de Enseñanza

1. Lee la parábola registrada en Mateo 25:14-28 y considera las siguientes preguntas. 

PREGUNTAS:

  • ¿Cuántos siervos recibieron talentos?
  • ¿Qué hicieron los primeros dos siervos con sus talentos?
  • ¿Qué hizo el tercer siervo con su talento?
  • ¿Qué sucedió con los siervos que ganaron más al usar sus talentos?
  • ¿Qué sucedió con el siervo que enterró su talento? 
2. ¿Cómo se relacionan la fortaleza física y espiritual con la parábola de los talentos?

RESPUESTA:

  • 1 Ped 4:10—Somos mayordomos de la gracia de Dios.
  • Tanto tus músculos como tu mente deben ser ejercitados para mantener e incrementar tu fuerza; de lo contrario se produce debilitamiento y decadencia.
3. ¿A quién le pertenecemos? ¿Qué responsabilidad nos corrersponde por ese hecho?

RESPUESTA:

  • 1 Cor. 6:19—No somos nuestros; fuimos comprados por precio. Tu cuerpo y tu espíritu son de Dios.
  • Tenemos la responsabilidad de glorificar a Dios en nuestro cuerpo y espíritu porque son suyos—no nuestros.
OBSERVACIÓN:

  • Así como a los siervos de la parábola, a cada uno de nosotros se nos concedió talentos.
  • Nuestra fortaleza espiritual y física está basada en el don de la gracia de Cristo.
  • Tenemos la responsabilidad de cuidar nuestros templos del cuerpo porque Jesús nos compró con Su sangre.
4. ¿Qué está incluido, en parte, en el último llamado de Dios a su pueblo?

RESPUESTA:

  • Ap. 14:7—Temed a Dios y dadle gloria…
  • 1 Cor. 10:31—Lo que comemos, bebemos y hacemos está relacionado con darle gloria a Dios. 
5. ¿Cómo podemos dar gloria a Dios en nuestra vida espiritual?

RESPUESTA:

  • Sal. 29:1, 2—Glorificamos a Dios adorando a Jehová, humillándonos en la belleza de su santidad en el glorioso Santuario.
  • Sal. 105:1-5—¿Cómo debemos adorarle? En oración—invocad su nombre/buscad a Jehová; Testificando—haced notorias sus obras entre los pueblos; la Palabra—Acordaos de sus maravillas que hizo, de sus prodigios y de los juicios de su boca.
6. ¿Cómo podemos dar gloria a Dios en nuestra vida física?

RESPUESTA:

  • 1 Cor. 10:31—En lo que comemos, bebemos y hacemos.
  • Gál. 5:2; 2 Ped. 1:6—La temperancia debería ser una parte vital en nuestras vidas.
OBSERVACIÓN:

  • Dios está llamando a su pueblo para que le den gloria. Esto incluye todo el ser—físico, mental, espiritual y social.
  • Lo que hacemos, comemos y bebemos está directamente relacionado con la fuerza física y espiritual y, más que todo, con glorificar a Dios.
  • La fuerza espiritual proviene del estudio de la Biblia, la oración y el compartir o testificar a otros.
  • La fortaleza física proviene de nuestros hábitos en la comida y la bebida y de nuestras actividades—lo que hacemos (ejercicio, descanso, etc.).
  • Tanto en los aspectos físicos como espirituales, no deberíamos buscar la complacencia propia sino que deberíamos buscar complacer a Dios y hacer su voluntad.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

  • ¿Qué elecciones están influyendo sobre tu salud física?
  • ¿Qué decisiones en el área física están influyendo sobre tu salud espiritual?
  • ¿Qué decisiones en el aspecto espiritual están influyendo sobre tu motivación de estar o mantenerte en buenas condiciones físicas?
  • Con honestidad, ¿qué aspectos de tu vida tendrías que reconocer que deshonran a Dios o necesitan cambiarse o mejorarse para poder dar gloria a Dios de manera completa?
  • ¿Existe algún talento que, posiblemente, estás enterrando?
7.  Lee 1 Cor. 9:24-27 y contempla las siguientes preguntas.

PREGUNTAS:

  • ¿Qué ejemplo mencionado en el versículo 24 ilustra lo que debemos hacer para ganar el premio celestial?
  • ¿Qué disciplina practica un atleta para estar capacitado para obtener la victoria?
  • ¿Qué dice Pablo que hizo para ganar el premio?
  • ¿Qué te dice esto acerca del por qué la temperancia es importante?
  • ¿Podemos ganar la carrera cristiana con una preparación algo menor?
8.  ¿Cuál es el deseo de Dios para nosotros en las áreas físicas y espiritual?

RESPUESTA:

  • 3 Juan 1:2—que seamos prosperados y tengamos salud así como prospera nuestra alma.
9.  ¿En qué debemos enfocarnos mientras corremos?

RESPUESTA:

  • Heb. 12:1, 2—En Jesús y su gozo al sufrir la cruz.
OBSERVACIÓN:

  • Pablo compara la preparación y experiencia cristiana con una carrera.
  • Así como el atleta mantiene un régimen estricto en cuanto a lo que come, bebe y el ejercicio que hace para estar preparado para ganar la carrera, el cristiano debería poner el mismo esfuerzo, energía y disciplina para ganar la carrera espiritual.  
  • Pablo da un ejemplo de disciplina estricta—él dice que mantuvo sus deseos físicos en sujeción a los poderes superiores de la mente (razonamiento, conciencia y juicio).
  • Pablo nos dice que luchemos, que corramos de manera que podamos obtener esa corona de la vida. Nosotros no podemos ganar sin ejercer un gobierno estricto de nuestras mentes y cuerpos.
  • El deseo de Dios para nosotros es que prosperemos y que tengamos salud espiritual y física. 
ESPÍRITU DE PROFECÍA

  • "¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene: y ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible; más nosotros, incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire: antes hiero mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; no sea que, habiendo predicado a otros, yo mismo venga a ser reprobado." (1 Cor. 9:24-27.) Los que participaban en la carrera a fin de obtener el laurel que era considerado un honor especial, eran templados en todas las cosas, para que sus músculos, su cerebro y todos sus órganos estuviesen en la mejor condición posible para la carrera. Si no hubiesen sido templados en todas las cosas, no habrían adquirido la elasticidad que les era posible obtener de esa manera. Si eran templados, podían correr esa carrera con más posibilidades de éxito, estaban más seguros de recibir la corona.
  • Pero, no obstante toda su templanza todos sus esfuerzos por sujetarse a un régimen cuidadoso a fin de hallarse en la mejor condición, los que corrían la carrera terrenal estaban expuestos al azar. Podían hacer lo mejor posible, y sin embargo no recibir distinción honorífica; porque otro podía adelantárseles un poco y arrebatarles el premio. Uno solo recibía el galardón. Pero en la carrera celestial, todos podemos correr, y recibir el premio. No hay incertidumbre ni riesgo en el asunto. Debemos revestirnos de las gracias celestiales y con los ojos dirigidos hacia arriba, a la corona de la inmortalidad, tener siempre presente el Modelo. Fue Varón de dolores, experimentado en quebranto. Debemos tener constantemente presente la vida de humildad y abnegación de nuestro divino Señor. Y a medida que procuramos imitarlo, manteniendo los ojos fijos en el premio, podemos correr esa carrera con certidumbre, sabiendo que si hacemos lo mejor que podemos, lo alcanzaremos con seguridad.
  • Los hombres estaban dispuestos a someterse a la abnegación y a la disciplina para correr y obtener una corona corruptible, que iba a perecer en un día, y que era solamente un distintivo honroso de parte de los mortales. {JT, t. 1, p. 184}
  • El cristiano debe dejar de lado todo egoísmo, viviendo y trabajando por el bien de los demás. La única manera de crecer en la gracia es hacer la obra que Cristo impuso sobre nosotros, ayudando y bendiciendo a los que necesitan la ayuda que les podemos dar. La fuerza se desarrolla con el ejercicio, la acción es la condición misma de la vida. Los que se esfuerzan para mantener la vida cristiana aceptando pasivamente las bendiciones que se reciben a través de la gracia, y sin hacer nada por Cristo, están tratando de vivir comiendo sin trabajar. Y en lo espiritual como en el mundo natural, esto siempre da como resultado la degeneración y la decadencia. Un hombre que se niega a ejercitar sus miembros pronto perdería el poder de usarlos. El cristiano que no ejercita los poderes que Dios le ha dado, no sólo falla no creciendo en Cristo sino que perderá la fuerza que ya tenía. {ST, 19 de marzo, 1902, párr. 7}
  • La principal razón, si no la única, por la que muchos se transforman en inválidos es que la sangre no circula libremente y los cambios del líquido vital, necesarios para la vida y la salud, no se realizan.  No han dado ejercicio a sus cuerpos ni alimento a sus pulmones, que es el aire puro y fresco; por lo tanto, es imposible vitalizar la sangre, la  que sigue su curso perezosamente por el organismo.  Cuanto más ejercicio hagamos, mejor será la circulación de la sangre. Más gente muere por falta de ejercicio que por exceso de fatiga; son más los que se echan a perder por el ocio que por el ejercicio. Los que se acostumbran a hacer ejercicio apropiado al aire libre, generalmente tienen una buena y vigorosa circulación. Dependemos más del aire que respiramos que de los alimentos que ingerimos. Los hombres y las mujeres, jóvenes y mayors, que desean tener Buena salud, y que les gustaría tener una vida activa, debieran recordar que no pueden tenerlas sin una buena circulación. Cualquiera que sea su ocupación o inclinación, debieran decidirse a realizar tanto ejercicio al aire libre como puedan.  Debieran considerar que es un deber religioso sobreponerse al estado de salud que los ha mantenido confinados en el interior de sus casas, privados del ejercicio al aire libre.  {T, t. 2, 466.0}
 CONCLUSIÓN:

  • Dios nos creó para ser activos mental y físicamente.
  • Somos mayordomos de nuestros cuerpos que son templos de Dios.
  • Debido al hecho de que fuimos comprados con la sangre de Cristo, tenemos la responsabilidad de glorificarle física, espiritual, mental y socialmente.
  • El mensaje final de Dios nos llama a temer a Dios y darle gloria.  Esto incluye el aspecto físico así como el espiritual.
  • Se requiere del esfuerzo diligente y de hábitos temperantes para tener resistencia física y lo mismo es cierto para tener la resistencia espiritual necesaria para ganar la carrera cristiana.
PREGUNTAS DE APLICACIÓN:

  • ¿Estás agradecido por el don de la salud que Dios te concedió? ¿Estás demostrándoselo cuidando bien de tu cuerpo?
  • ¿Eres un fiel mayordomo de tu cuerpo y de tu mente?
  • ¿Cuáles son algunos buenos hábitos que puedes desarrollar para mejorar tu salud física y espiritual?
  • ¿Cuáles son algunos malos hábitos que necesitas eliminar para que tu salud física y espiritual puedan mejorar?
  • ¿Estás rogando por la unción del Espíritu Santo para que te conceda el entendimiento de la Palabra de Dios para que te revele las maneras en que puedes cuidar mejor de tu cuerpo?
  • ¿Estás agradecido a Dios porque Él se preocupa por tu salud espiritual y física?
  • ¿Estás dispuesto a empezar a hacer ejercicio diariamente para mejorar tu salud?

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